Capítulo 10: chuck
Vi como la chica
salía pitando de la clase y yo no podía parar de reírme, había hecho quedar en
ridículo a Shon, y ni siquiera lo había hecho adrede esta vez. Tenía un don.
Shon se había quedado pálido y se levantó de la silla cuando empezó a
reaccionar.
-Eh, tío, es mejor
que no vayas.- me fulminó con la mirada como si creyera que así me iba a
derretir el cerebro o que desaparecería al instante o algo así. Sonreí para mis
adentros, me puse serio y seguí actuando.- La has espantado.- tiré la cabeza
hacia atrás mientras soltaba una carcajada. Este chico era tronchante, en
serio.
-Cállate.- se
levantó de nuevo, dispuesto a ir tras ella, aunque volvió de nuevo la vista
hacia mí.- Todo esto es por tu culpa.- respiró como si hiciera yoga o algo por
el estilo. A este tío le pasaba algo en la cabeza, seguro.- Eres un puto
pesado, y mira la que has liado!- movió la mano y abarcó el espacio dónde
Lauren había estado unos minutos antes.- Te hace feliz hacer esto? Te hace
gracia?- asentí y salió de la clase mientras me miraba con cara fúnebre.
Me reí secamente.
Este tío exageraba una barbaridad. Por dios, le había visto, había conocido a
esa chica… cuándo? De unas semanas?
Haber, esa chica iba a nuestra clase desde hacía un mes o así y nunca le
había visto compartir más de dos frases con ella. Y hoy de repente, zas, te
quiero con locura y toda esa mierda. Todo eso del amor a primera vista era en
realidad una gran mentira, porque, en serio la podía “querer” tanto cuando
apenas la conocía? Yo no me lo creía así que ese chico era idiota. Me quedé
sentado en la última fila. Esta clase era diferente, éramos quince y Shon era
el único que iba conmigo de mi verdadera clase. Y era una mierda clase, esta.
Construcción de cosas de madera. Buf, menuda mierda. Llegó la profe y
desconecté, a decir verdad, me eché una cabezadita, pero no duró demasiado.
Solo pude disfrutar de unos quince minutos de sueño. La profe me llamaba por el
apellido y me miraba con mala cara.
-Eaton, otra vez te
has dormido.
Odiaba que me
llamaran por el apellido y ella lo sabía bien, por eso lo hacía, para
fastidiarme. Gorda asquerosa,. Le saqué el dedo del medio, pero se me ocurrió
algo mejor.
-¿Sabes? Yo al menos
duermo.- y le guiñe un ojo,
Todos se giraron
pasmados al oír eso y yo me limité a sonreír descaradamente. Todo el mundo
sabía que a la profe le había dejado el novio por estar GORDA- yo lo hubiese
hecho hacía ya tiempo, sino seguro que en la cama ya me hubiese aplastado los
pulmones- y tenía unas ojeras muy
marcadas porqué se ponía a llorar todas las noches y se llenaba de chocolate(
razón de más para ponerse más gorda aún). Ella pasó de mi mientras forzaba una
sonrisa y se giró para continuar con la clase. Me estaba aburriendo, llevaría
unos diez minutos solo y no tenía a nadie a quién molestar, por eso salí de
allí sin pedir permiso ni nada ante la atenta mirada de todos. Ni siquiera me
llamó la profe, así que salí tan ancho.
Que era lo peor que me podían hacer, expulsarme? Eso sería un gran
favor. Crucé el pasillo y vi que una tía me siguió con la mirada, sobre todo me
miraba el culo. Le sonreí y le guiñé el ojo, se puso roja. Me gustaba esa
sensación, hacer que las tías deseasen acostarse conmigo. Tenía claro lo que quería
hacer al respecto con ella luego, ya que no estaba nada mal la chica. Mmm me lo
imaginaba, Yo era uno de los playboy del insti, pero es que tenía un don con
las chicas. Más bien un don en “hacer” cosas con las chicas. Todas decían que
era un gilipollas, pero luego bien que querían algo conmigo. Todas eran
iguales.
Me dirigí al lavabo,
me apetecía un porro. Lo llevaba guardado en el bolsillo de atrás, casi siempre
llevaba uno, ya que yo me agobiaba con facilidad y no sabía no porqué. Quizás
por sentirme como un prisionero en este asco de instituto, ya que me tenían muy
controlado. Entré en un baño individual, cogí el mechero y acerqué el fuego a
la punta del porro. Lentamente, empezó a arder y salió un poco de humo. Me
sentí en la gloria, se estaba de puta madre allí, respaldado por un váter y
solo, sobre todo eso. La soledad. Oh, qué maravilla. Entonces empecé a escuchar
voces, aunque no apagué el porro. Escuché con más atención y me di cuenta que
eran tías, así que venía del lavabo de chicas y como había una rendija justo
detrás de mí pude escuchar la conversación. Sonreí, era la hippy y Lauren.
-Uff, espero que no
sea una broma, seguramente lo es, pero si no es así, Chuck lo ha podido
estropear, menudo capullo integral.- la voz de Lauren, que se refería a Shon,
por supuesto.
-Pues ya ves, antes
me parecía que era así con las tías porque era un insensible, pero es porque no
tiene nada mejor que hacer con su salchicha.
Me quedé flipando,
escuchando atentamente. Así que la lechugina pensaba eso… No pude reprimir una
sonrisa. Hablaban de mi “salchicha”.
Lauren soltó una
carcajada y Violet también empezó a reírse.
-No te creas.-
Violet paró un segundo.- En fin, que yo creo que le molas a Shon.
-Ojalá, aunque ahora
me dará vergüenza, ya verás.- suspiró teatralmente.- ¿Y sabes qué? Creo que hay
alguien a quién le molas, o que piensa que estás buena, porqué le he visto
observarte.
-¿Quién?- casi
chilló Violet.
Eso, quién? ¿Quién
podría ser? ¿Quién pensaba eso? En unos segundos lo descubriría.
Me ha gustado mucho este capítulo, y lo del final hace que tengas ganas de leer más!
ResponderEliminarEspero pronto el siguiente :)
Besos ^^
Graciasss :) Nos ha ayudado mucho tu consejo
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