Aún me reía de lo
que había dicho Lauren en el baño de chicas. Ella también se reía ahora
conmigo, sabía que probablemente había dicho una estupidez, que es lo que era
realmente. Nos llamaban la atención algunos, como el empollón que iba con
nosotras en algunas clases, que no paraba de mirarnos con cara de rancio. Nos
mandaba a callar como si el libro de rocas que estaba leyendo fuera la
salvación a sus plegarias. No comprendí por qué estaba tan borde y repelente,
al menos más repelente de lo que ya era de por sí, que el chico tenía telita.
Llevaba varios meses en este insti y era la persona más pelota que había visto
sobre la faz de la Tierra. Lauren decía que tenía razón, que estábamos montando
un escándalo, pero luego me miraba a los ojos y volvía a reírse. Y ahora no era
por lo que me había dicho antes, que madre mía, no sé en qué estaba pensando, ahora
era por el chico ese. Me parece que se llamaba Roger o algo parecido. Era medio
pelirrojo, con gafas de pasta que podrían ser de su bisabuelo. Era muy delgado,
muchísimo, y no era excesivamente alto. Tenía unos cuantos granos en la frente,
aunque no era nada del otro mundo. Verlo ahí, mirándonos como si estuviésemos
quemando algún libro, y con el aspecto que tenía… Era para partirse. Nosotras
no le hacíamos ni caso, y encima ponía cara de estreñido cuando hacía de sifón.
Miré a Lauren con una sonrisa en la cara.
-Yo le recomendaría
un poco de Fabe de fuca.- reprimí una carcajada al ver que Lauren ponía una
cara extraña.
-¿Y eso que es?-
Lauren se puso un poco de gloss mientras me miraba sin comprender aún.
-Un remedio natural-
sonreí de oreja a oreja.- para ir a cagar.-Lauren me miró un segundo, y se
empezó a reír mucho. Teníamos la risa floja, nos reíamos por cualquier
chorrada.
Entonces una sombra
nos envolvió. Giramos la cabeza automáticamente. La bibliotecaria estaba detrás
nuestro, y nos miraba con los brazos cruzados. Forzaba la vista para vernos
bien, puesto que se había dejado las gafas por algún sitio.
-Perdonen, ¿les
importaría bajar el tono de voz? Molesta, y no sé si lo saben pero esto es una
biblioteca.- dijo la bibliotecaria.
-Sí, sí, disculpe.-
Lauren puso una voz cristalina, y sonrió con dulzura. Levantó la mano a modo de
disculpa.
La bibliotecaria,
miró a Lauren unos segundos, con el ceño fruncido, pero luego hizo algo
parecido a una sonrisa, enseñando su dentadura postiza. Yo bajé la vista a la mesa, no podría parar
de reírme si la hubiera seguido mirando. La bibliotecaria por fin se marchó,
taconeando con fuerza- ¿y ella era la más indicada para hablar de silencio?-,
mientras se sentaba en su escritorio y bajaba de nuevo la vista al libro que
estaba leyendo. Lauren me miró y se le escapó una risita.
-¿Has visto sus
dientes?
-Sí, no sé quién
será su dentista, pero me parece a mí que no ve muy bien.- respondí a Lauren.-
Además- añadí.- ¿Te has fijado en que tenía pintalabios en los dientes?
-Sí, he pensado que
quizás era sangre porqué apretaba tanto los labios que parecía que se estuviese
mordiendo así misma.
Entonces escuchamos
un carraspeó. Me giré y vi que Sam y Kimberly miraban hacia nuestra dirección.
Llevaban allí un buen rato, liándose.
-Joder, que pesada
es la gente.- murmuró mientras sonreía. Sam ni siquiera nos miró, cogió la
mejilla de Kimberly y le empezó a dar besos.
Nos quedamos paradas.
¿Es qué esa chica tenía un trauma o algo? Porqué empezaba a tocarme las
narices. Se quejaba por todo, la niñata esa.
La odiaba, la odiaba con todas mis fuerzas. Ojalá se atragantara. Roger
también se quejó y Lauren y yo decidimos parar de reírnos y de decir chorradas,
pues al final nos podríamos meter en un marrón por culpa de los aguafiestas.
Bajé el tono de voz, lo suficiente para que solo Lauren pudiera escucharme,
-Ahora en serio, ¿de
verdad crees que es posible que le guste o que piense que estoy buena? Es que
mira que dices chorradas.- sacó la lengua y se acercó a mí.
-Estoy segura. Al
menos de que piensa que estás buena. Le he visto observándote, ¿sabes?
-Bueno, si tú lo
dices… Que sepas que estás loca.- dije yo, mientras ella se encogía de hombros.
-No tanto como tú.
Te he conocido hoy y ya es como si te conociera de toda la vida, en serio.
Además, te he escuchado decir más paridas…
Me reí. Mi madre
siempre decía lo mismo, que era maravillosa y que estaba loquísima. Pensar en
eso me puso algo triste, pues mi madre llevaba dos meses fuera por una de sus
causas. Se había ido a un pueblecito cercano al Amazonas dónde vivían unos
indígenas, y se veía que empresarios querían construir allí un centro
comercial. Había ido a defender a los indígenas y al bosque dónde vivían. No la
vería, por lo mínimo, hasta dentro de otros dos meses. Mi padre se había
quedado conmigo, pues no podían dejarme sola. Cambié de tema mentalmente y
volví al cual me tenía entretenida. Lo que Lauren había dicho NO podía ser.
Venga por favor. Lauren estaba muy segura de sí misma. La miré en ese momento,
pero la vi distante. Había pasado bastante rato des de lo del lavabo, pero
estaba claro que aún estaba pensando en lo de Shon. Se había enterado
accidentalmente de qué a Shon le gustaba. Así que decidí volver a hablar sobre
Shon. Antes, en el baño, un gilipollas sinvergüenza se había puesto a chillar
en el baño de tíos y nos habíamos acojonado un montón. Habíamos salido pitando
de allí y por eso habíamos ido a la biblioteca, para hablar sobre este
suculento tema. Lauren estaba indecisa, se le notaba que sentía algo fuerte por
él. Yo ya le había avisado de que Kimberly era muy posesiva, y sentía una
especie de adoración por su amigo Shon. Me había fijado varias veces. Creo que
en realidad no le gustaba, pero lo quería tanto de alguna manera que podía
hacerle daño a Lauren. Lauren, por su parte, creía que todo era una gran broma,
puesto que cuando Shon lo había dicho, estaba Chuck delante y pensaba que lo
había dicho de coña. Justo en ese momento, como si fuera por arte del destino,
entró Shon en la biblioteca, mirando por todas partes. Cuando nos vio, nos miró
un segundo a ambas, pero luego su mirada volvió de nuevo a Lauren. Qué mono. Se
acercaba a nosotras, con paso inseguro, y como vi que Lauren se iba poniendo
roja y abría los ojos de par en par, supe que tenía que hacer algo. O si no mi
amiga lo pasaría realmente mal. Cogí el toro por los cuernos y me levanté.
-Ahora vuelvo, Lau.
Ella asintió sin
mirarme. Cogí a Shon del brazo y lo aparté un poco.
-Shon, he de decirte
dos cosas.
Él apenas me
prestaba atención, pero hizo un esfuerzo y me miró a los ojos. Estaba claro que
deseaba hablar con Lauren, y lo entendía, pero prefería que a Lauren se le
pasase eso de la cabeza de una vez.
-Violet, tengo que
hablar con Lauren, ahora no es el momento. Dímelo luego.- le cogí del brazo, no
se iba a mover ni un centímetro.
Suspiró
deliberadamente y se concentró en mí. Sonreí, ya era hora.
-Sí, sí que es el
momento.- nos miramos a la vez.- Cuando Lauren ha ido a buscarte era para
explicarte una cosa.- pestañeó, así que seguí.- Teníamos pensado… Robar el
examen de mates.
Por un momento ni
pestañeó, y luego soltó una carcajada.
-Sí, ya, y yo me voy
a hacer estríper.
No pude evitar reírme,
y Shon también empezó a reírse. Pero dejé de hacerlo porqué entendí entonces
que no me tomaba enserio.
-Lo digo enserio.
Muy enserio. El examen será super difícil, lo sabes. Contará mucha nota y nos
jugamos muchísimo en esto. Claro que hablo en serio.
Shon dejó de reírse
y me miró serio. No sabía lo que estaba pensando, pero me parece a mí que
estaba meditando todo esto.
-¿Qué? ¿Pero estáis
locas?
Le expliqué todo. El
asentía o negaba con la cabeza, pero no dejaba de presarme atención. Le dije
que nos gustaría que nos ayudase a hacerlo, porqué sinceramente nosotras dos
eramos un poco inútiles para esto.El al principio se negó con un rotundo no,
pero cuando lo pensó mejor, se dio cuenta de que era viernes, la última hora, y
quería hablar con Lauren como fuera,
para que su amistad no se estropease., así que finalmente accedió a hacerlo.
Por Lauren, obviamente.. Le di las gracias, y luego, me tocó el hombro. Le
miré.
-Vale, ¿y lo otro?
-¿Perdona?-
pregunté, perpleja.
-Antes me has dicho
que tenías que contarme dos cosas.- explicó él, con una sonrisa.
-Ah! AH sí. Solo una
palabra.
Shon enarcó una ceja
mientras me miraba confuso. Miré a Lauren, allá en la mesa, que nos observaba
sin perder detalle. Volví a mirar a mi amigo.
-Lauren.
Hola, soy nueva y vuestra historia engancha mucho eee, seguid y enhorabuena!!
ResponderEliminarUn besazo,
Muchas gracias!! espero que te gusten los siguientes capítulos que colgaremos :)
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