Capítulo 18:
violet
Me separé de Shon algo más rápido
de lo que debía y Lauren captó el movimiento. Pude ver como un montón de
sentimientos encontrados embargaban a mi amiga, estaba claro por la manera en
que nos miraba. Me fijé en que Shon probablemente ni se había dado cuenta de la
cara que había hecho Lauren, pues no paraba de mirarla con una media sonrisa. Seguía
en su fantasía. Lauren aún estaba en la puerta, sin saber qué decir o qué
hacer.
-¿Interrumpo algo?-preguntó.
-No, te estábamos esperando. Sí
que has tardado ¿Eh? No importa, ya no habrá nadie, solo el conserje.-dije
atropellándome.
Sonreí, pero supe que mi sonrisa
no me había llegado a los ojos, no era una sonrisa de verdad, así que esperé
que Lauren no me hubiese visto. Lauren se acercó hasta nosotros con recelo,
cogiéndose del codo, mientras me miraba. Vale, mierda. Quizás sí que me había
visto.
- Tenemos poco tiempo, así que
creo que deberíamos…- empezó a balbucear Lauren.
Entonces Shon se puso recto y
tuve que levantar la vista- puesto que debía medir un metro setena y seis y yo
solamente medía metro sesenta y tres-
para saber qué es lo que iba a hacer. Por la expresión de su cara, que
era mitad seria mitad deseo, deduje que iba a intentar algo con Lauren. ¿Quizás
besarla? Dios, que incomodo sería para mí. No es que me molestase ni nada eso
de que la gente se diera el lote en público, pero al fin y al cabo, me sentiría
como una mirona siendo yo allí la única persona con ellos. Egoístamente, recé
para que no fuera eso.
-Lauren ¿Puedo hablar
contigo?-preguntó Shon.
Así que era eso. Me di una
bofetada mental por haber pensado que se lanzaría allí delante de mí y sin
intimidad ni nada para ser su primer beso. Ahí vi mi oportunidad, ya que advertí una
negación por parte de Lauren, que empezaba a negar con la cabeza.
-Os espero fuera.- añadí mientras
sonreía a Shon para darle ánimos.
Salí caminando deprisa y entorné
la puerta. Me apoyé en la pared, dispuesta a esperar lo que hiciera falta para
que todo este lío se solucionara. Pero entonces, me di cuenta de una cosa. Tendría
que haber cerrado la puerta, pues se oía todo. Y muy claro, además.
-¿De que querías hablar Shon?
-De lo de antes.
-¿Otra vez?- oí como Lauren
suspiraba.- Ahora no, quiero acabar con esto de una vez. Luego lo aclaramos,
pero ahora no es el momento. Bastante nerviosa estoy ya por tener que hacer lo
que vamos a hacer. No lo compliques más aún.
Hubo un silencio, que supuse que
sería incómodo. A nadie le gustaba oír evasivas para hablar de un tema tan
importante. Y a nadie le gustaba oír que complicaba las cosas.
-Está bien.- respondió Shon,
aunque su voz sonó demasiado seria incluso para ser él.
Entonces oí unos pasos y me
aparté un poco de la puerta. Hice como
que me miraba las uñas, como si fueran lo más importante en esta vida. Aparecieron
Shon y Lauren. Ninguno de los dos estaba especialmente alegre. Nos mantuvimos
callados unos segundos, hasta que Shon empezó a andar por el pasillo, y Lauren
y yo lo seguimos. Dejé de pensar en Shon y Lauren y empecé a cavilar sobre el
examen de mates. Para cogerlo teníamos que entrar en el aula de matemáticas de
la primera planta, y estábamos en la segunda. Shon encabezaba nuestra misión,
pues era el que estaba más calmado de los tres- y también era el mayor de los
tres, tenía 17 años- y era el que iba primero. Bajamos las escaleras a una
velocidad de caracol. Nos teníamos que asegurar de que no había nadie más aparte
de conserje, puesto que nos jugábamos una expulsión inmediata si nos pillaban.
En este insti te permitían hacer de todo menos robar un examen; podías meterte
mano en la biblioteca, insultar a los profesores e incluso discutirte y pelearte hasta que
corriese la sangre, que lo único que no podías hacer era copiar un examen.
Shon se detuvo en el último peldaño y me hizo
unas señas para mirar si no había nadie arriba. Subí un par de escalones y eché
un vistazo, mirando de lado a lado. No,
allí no había nadie. Negué con la cabeza y Shon me imitó. No pude evitar sonreír, parecíamos espías o
algo así. Bajamos a la primera planta y cruzamos el pasillo principal a toda
prisa. Doblamos hacia la izquierda y fuimos hacia el otro pasillo. A lo lejos,
divisamos la clase de mates. Entonces escuchamos unos silbidos y los tres nos
quedamos mirando, sin saber qué hacer.
-Al armario ¡Rápido!-susurró
Shon.
Lauren abrió la puerta y nos
metimos dentro. Cerré la puerta con sumo cuidado y me pegué más a ellos. Estábamos
apretujados, mucho. Lauren me daba la espalda, y a su vez Shon y Lauren estaban
cara a cara, apretujados entre sí. El rostro de Lauren estaba pegado al torso
de Shon. Esto habría sido muy morboso si no fuera por el hecho de que no tenía
gracia y que estábamos nervioso. Ni siquiera parecía que estuviésemos respirando.
Los silbidos se hicieron más fuertes, cada vez estaban más cerca. En la puerta
había un cristal, tapado por una especie de persiana que únicamente dejaba
entrar unos pequeños halos de luz que se filtraban por entre los espacios de la
persiana. Alargué los dedos y abrí un
poco la persiana, separándolos con los dedos. Allí estaba el conserje, silbando
y barriendo el pasillo, mientras escuchaba alguna canción.
-¿Quién es?-murmuró Lauren.
El sonido de su voz me llegó
amortiguado por el simple hecho de que mi oreja estaba pegada a la espalda de
Shon, pero aun así pude entenderla.
-El conserje. Está barriendo.-
contestó yo, casi en un susurro. Si hablábamos más fuerte, el conserje se daría
cuenta de nuestra presencia.
-Lauren, ¿qué hora es?- preguntó
Shon.
- No sé, no alcanzo el móvil.
Está en mi bolsillo de atrás. Estamos tan apretados que……
Lauren intentó coger el móvil,
pero no podía alcanzarlo. Se movió de una manera en que se apartó un poco de
Shon y se acercó más a mí, para poder cogerlo. Entonces noté su móvil, que se
clavaba en mi muslo izquierdo.
- Violet, no puedo cogerlo.
Inténtalo tú, por favor.- Lauren se incorporó un poco hacia atrás para que
pudiese ver su bolsillo.
- Claro, espera.
Lo cogí agachándome hacia ella. Metí la mano
en el bolsillo y lo arañé un poco hasta que salió de su bolsillo. Tuve que
incorporarme más aún para poder cogerlo, pues si no lo hacía lo más probable
fuera que se me cayera al suelo y el ruido advertiría al conserje. Lo alcancé,
no sin esfuerzo, y con la mano derecha lo cogí con fuerza. Le di al botón del
medio casi de milagro. El móvil se encendió con una luz tenue y apareció una
foto del símbolo del sinsajo. La miré y ella sonrió al darse cuenta. Vaya, así
que era fan de los Juegos del Hambre. Bueno, ¿y quién no? Que levantase la mano
el que no fuese fan de esa saga. Ya le preguntaría más tarde.
-Las 14:39. En conserje estará limpiando
hasta menos cuarto.
Los tres resoplamos. Hacía mucho
calor ahí dentro, y la verdad es que me sentía incómoda al estar apretada
contra Shon. La mayoría de las chicas desearían estar en mi situación, ya que
Shon… Bueno, era Shon. Guapísimo y atento. Pero eso de restregarse con un
chico- aunque fuera mi amigo- que no me gustase, me hacía sentir sucia. Y
además, Lauren estaba a escasos centímetros de mí. Y seguramente debía estar
pensando mal de los dos por habernos pillado abrazados. Me di cuenta de que
seguía con el móvil. Volví a meterlo en el bolsillo de Lauren, que también
costó lo suyo.
-Cuando el conserje se vaya,
robaremos el examen. Solo quedan cinco minutos.-dijo Shon alzando un poco la
voz. Lauren lo miró molesta y le pidió silencio mientras ponía el dedo índice
delante de la boca. Sí, tenía razón. Teníamos que estar en silencio.
Solo 5 minutos. 5 minutos y
robaríamos un examen. 5 minutos y saldría de esa incómoda situación. 5 minutos. Solo 5 minutos.
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